DIABLOS VERDES, CON LA TEJA EN EL ALMA

Varios conjuntos hacen el check in, con destino a la liguilla final.

Autor: Gabriel Méndez

Sarabanda

Sigue festejando sus treinta años y nuevamente bridó un buen espectáculo en el Ramón Collazo, la comparsa de la familia Pintos ajustó algunos detalles de lo que fue su anterior función y redondeo aun mejor su propuesta para esta temporada.
La excusa del festejo fue el disparador para que el candombe se apropiara del templo de momo con una historia simple y altamente disfrutable ideada por Ángela Farías.
Desde la misma apertura de telón impacta con un vestuario de altísima calidad y una postal de conjunto grande, dejando en claro cuál es su intención en este año.
Buen rendimiento de solistas donde podemos destacar a Claudia Puerto, Edelweis Loyate y Daniel Sastre, estos fueron bien apoyados por un coro al cual se le entendió de la primera a la última palabra.
Buen trabajo de la cuerda de tambores que participa permanentemente de la función lo que convierte a esta comparsa en muy candombera.
El cuerpo de baile rinde adecuadamente y la vedete (Micaela Pintos) asume un rol protagónico por varios momentos del show.
Lo único que llamó la atención fue la casi testimonial presencia del escobero que salió a escena en un par de ocasiones pero solamente se limitó a transitar el escenario sin tener el menor destaque cosa que el reglamento lo pide expresamente.
En síntesis una comparsa que estará en la tercera rueda y podremos disfrutar con ellos de este festejo que bien merecido lo tienen.

La Gran Siete

Es una murga que desde su nacimiento tiene licencia para matar, su incorrección es la marca en el orillo de este conjunto lo que lo llevó a tener excelentes años y algunos no tanto.
En la primera rueda nos gustó mucho lo que presentó donde la ironía y hasta el humor negro fue la tónica de su propuesta en esta temporada.
Lamentablemente para sus intereses en esta oportunidad no pudo repetir y la murga se fue deshilachando a medida que pasaban los minutos.
La explicación es muy simple, no cantó como lo había hecho en su primera pasada y al fallar la herramienta de comunicación es el principio del fin.
Olvidos de letras, entradas a destiempo hasta llegar a la desidia fueron la tónica de una noche para el olvidarla rápidamente.
Estas cosas pueden pasarle a cualquiera pero, cuando uno tiene un espectáculo arriesgado como lo es el de esta murga las fallas por pequeñas que sean inciden y mucho.
Una verdadera pena pues creemos que tiene cosas brillantes que en esta oportunidad empalidecieron producto de no estar en su noche.
Esperemos que el año que viene vuelva a intentarlo pues es un conjunto que al carnaval le hace bien ya que propone cosas que difícilmente se vean en otro conjunto.

Diablos Verdes

Fue el conjunto que llevó el publico al Teatro de Verano, cuando esta murga va al concurso es una fiesta desde temprano.
Ni hablar lo que pasa en La Teja donde los vecinos realizar casi un ritual sagrado, volcándose desde temprano al mítico Sindicato del Vidrio para compartir los momentos previos con quienes defienden la rica historia de este título.
La murga tiene una gran presencia escénica y lo demuestra ni bien se abre el telón ya que la clarinada del comienzo hace templar la cantera con un coro que no se guarda nada.
En la primera rueda nos pareció que sonaba excesivamente aguda en la presentación pero evidentemente está arreglada para que sea de esa manera pues en el resto de la actuación matiza muy bien sus cuerdas.
Obviamente está arreglada y dirigida por un fenómeno en esta materia como lo es Diego Berardi y seguramente buscó demostrar la ductilidad del coro.
El texto tiene altibajos aunque en esta oportunidad se le agregaron algunas situaciones nuevas y varias “mechas” que buscaron el humor y lo consiguieron.
Buen vestuario, correcto maquillaje, excelente trabajo de iluminación y una puesta en escena que es de las mejores de la categoría.
En resumen, esta murga puede estar en las finales del concurso pero sin dudas tiene competencia pero, Los Diablos son Los Diablos.

Aristophanes

Tenía una gran responsabilidad en esta oportunidad, hacer rendir mejor un espectáculo concebido para ser uno de los que lleguen a marzo.
Luego de su primera actuación generó dudas pues no fue su noche aunque se notaba que había mucho por mejorar.
El rodaje en los tablados y seguramente una gran autocritica permitió que en esta oportunidad sí lograra el objetivo.
Desde el escenario, previo al comienzo alguien gritó “Muchachos, es hoy…..no hay mañana para nosotros, nos jugamos todo esta noche” y el conjunto respondió poniendo al servicio del espectáculo lo mejor de cada uno.
Los dirigidos por Federico Pereyra se soltaron y fueron los de siempre alcanzando un gran rendimiento colectivo destacándose Martín Perrone con una noche mágica, todo lo que tiro fue gol.
La parodia de Thelma y Louis rindió el máximo de su potencial y la segunda (Antoni Gaudí) un momento muy bien logrado.
En un año donde este conjunto se preocupó mucho por mejorar los rubros técnicos tiene intacta la chance de llegar a su objetivo aunque tendrá que esperar como le va a sus rivales pero seguramente ellos estarán muy conformes con lo brindado esa noche.

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