El coro de Nos Obligan a Salir es un deleite auditivo

Un coro formidable y Diego Bello con su chispa son los sustentos de Nos Obligan a Salir.

Los Rolin volvieron a demostrar el muy buen espectáculo que tienen y la comparsa Integración mejoró su actuación de la primera rueda.

Autor: Gabriel Méndez

Fotos: Gabriel Zirollihttps://www.instagram.com/carnavalfuturo/

Integración  

Logró redondear mucho mejor su espectáculo adicionándole una dinámica que no le apreciamos en su anterior pasaje por el concurso oficial. 

La comparsa de Florencia Gularte logró utilizar el rodaje que seguramente le dieron los escenarios para redondear esta historia que de todas maneras tiene altibajos a nivel de textos.

Algunas pequeñas mejoras en la parte de vestuario permitieron un mejor lucimiento estético de todo el conjunto.

A nivel musical tiene un rendimiento excelente y se nota la mano de Alejandro Luzardo en las composiciones y los arreglos bien respaldado por una banda musical que acierta permanentemente.

La cuerda de tambores es otro de los puntos altos de la comparsa. La misma luce muy bien en la presentación de la misma y en el trabajo de los acompañantes.

Indudablemente el gran talón de Aquiles de este título es la puesta en escena y la coreografía.

La puesta es absolutamente caótica, donde uno ve gente caminando, corriendo, realizando gestos faciales y poses primarias sin ningún criterio estético,  todo parece forzado como si alguien le hubiera dicho “vos te paras acá y haces esto” pero no hay compenetración con la escena ni compresión en la ejecución.

La coreografía es otro punto débil, el cuerpo de baile ejecuta sencillos movimientos a piso sin mucha dificultad, todo es extremadamente obvio, no hay sorpresa ni se expresa nada con el cuerpo, salvo en el cuadro de la persecución en la frontera donde el cuerpo de baile realiza más puesta en escena que baile.

En pocas palabras un nuevo año de Integración que quedará en la foto temporaria pero que no alcanzará las finales del certamen.

Los Rolin    

Fueron notoriamente perjudicados en la confección de las etapas de la segunda rueda.

Esta etapa tuvo en el mejor de los casos unas ochocientas o novecientas personas y eso conspira contra el rebote que necesita cualquier humorista. 

Teniendo en cuenta que sus rivales van en etapas más convocantes es que afirmamos que a este conjunto se le quitó esa posibilidad.

De todas maneras lograron demostrar que no les jugó en contra esa falta de público y con gran calidad lograron mantener el nivel mostrado en la primera pasada y aun mejorarla.

Hubo algunas “mechas” muy efectivas por parte de Martín Prado y Nicolás Avoletta que estuvo en una gran noche.

La búsqueda de la luz es un espectáculo muy reidero, bien concebido con momentos de carcajada y otros de reflexión sin entrar en la “moralina” carnavalera.

Es un conjunto que transmite alegría siempre, un conjunto que está en función de la risa sin utilizar recursos fáciles, un conjunto que pisó fuerte este año.

Gran trabajo de sus solistas, del coro y una banda en vivo que siempre es un atractivo extra.

En resumen un gran año de este joven conjunto que peleará por un lugar en la liguilla y si se mantiene en líneas generales lo visto en la primera rueda está muy cerca de lograrlo.

 Nos Obligan a Salir                     

La murga de la Aduana volvió al templo de momo con el firme propósito de asegurarse un lugar en las finales del evento.

Este título que volvió después de muchos años al carnaval cuenta en sus filas con un plantel rico en solistas, actores y músicos. Esa mezcla permite pensar en lo previo que estamos ante uno de los mejores (o el mejor) planteles de la temporada. 

Esa responsabilidad enorme llevó a los responsables de este título a buscar letristas de renombre para armar el espectáculo pero, esa es la parte más flaca del show.

Muchas veces se acierta en los medios y otras no tanto y este es un claro ejemplo de lo segundo.

Las puntas son muy buenas y excelentemente cantadas, la retirada es un poema, la bajada sumamente pegadiza pero el corazón del espectáculo no tiene la contundencia necesaria para llevar a esta murga a convertirla en favorita.

La presencia de Diego Bello y Freddy González sostienen un texto que no da juego, no atrapa y se termina diluyendo.

El vestuario es una mezcla de vanguardia y retro, la presentación es un vestuario que pretende ser creativo pero queda en eso y el de la despedida tiene un brillo imponente y una confección de los setenta u ochenta.

Si el rubro uno marca la diferencia la veremos de nuevo en la liguilla, si pesa el texto habrá sido una inversión poco redituable. Faltan muchas por llegar y dependerá directamente del criterio del jurado la suerte que corra la murga de la Aduana y su regreso a las tablas.

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